Era (y es) el caso de Atlético Madrid, Valencia CF o el Athletic Club, pero hubo una temporada en la que el tercero en discordia fue el RCD Espanyol de Barcelona, quedando el campeonato liguero a tiro del mítico estadio de Sarriá. No había rival pequeño, pero entonces eran menos que ahora los llamados a disputar el título liguero a los equipos históricos.